Yo me encuentro en este lugar, el cual no tiene nombre, esta ciudad compuesta por individuos que estuvieron, están y ya no estarán.
Siento que soy el único que se queda, el único que no se va, a la vez he sentido que solo fue un sueño el conocerte. Yo te conocí aquí, somos de lugares muy lejanos y nos hicimos amigos sin importar nuestras diferencias.
Ahora estoy aquí y tú ya no estas, sigo en esta ciudad y no sé si alguna vez llegue a conocerte. Tu recuerdo se desvanece, fueron momentos gratos, he de admitir, pero igualmente fueron amargos. Esta nostalgia que me embarga, no sé si alguna fuiste real.
Sé que tengo un lugar donde llegar en esta aldea global, que se hace más pequeña con cada encuentro, con cada “mucho gusto yo me llamo”, aunque mi nombre se vuelve efímero perdiendo su significado, quizás sea más fácil que no me digas tu nombre, adsorbe de mí, deja una huella en mi ser y en mis recuerdos.
Sé que no podre recordarte por mucho tiempo, pero se mantendrá vigente en mí el remanente de tu esencia que construye mi ser, gracias por conocerte, aunque ya no estoy seguro de como te llamabas.